Nunca me ha gustado el término "tercermundista", ni mucho menos cuando dicen "países del Tercer Mundo"... pero lamentablemente es una realidad que me rodea a diario, y que recientemente vine a analizar.
Solo ahora a mis 33 años me doy cuenta de lo atrasado que estamos en cuanto a ... todo, en realidad. Pero para aquellos que sufrimos enfermedades crónicas, somos los que más sufrimos, y lo peor: sin darnos cuenta.
Hasta los 13 años fue que vine a saber qué era un nebulizador... y más o menos a los 16 fue que vine a ver las bombitas/nebulizadores que todo asmático debe tener a la mano. Antes de eso, lo único que me mandaban en mis tratamientos eran relajantes musculares, además de los antibióticos que prevenían una bronquitis, los antialérgicos que mejoraban la situación y los jarabes de la tos.
Ahora, de grande, y que lamentablemente tengo otra condición con la que tengo que lidiar, me doy cuenta del daño que tantos años de relajantes musculares le hicieron a mi organismo... Con una condromalacia en la rodilla izquierda (en cristiano: desgaste) durante los episodios de dolor, resulta que no todos los calmantes me ayudan... y créanme: los conozco todos.
Los normales que todo el mundo toma, de 10 mg o de 15 mg, me entero que de verdad le sirven a la gente... como por ejemplo mi mamá que se toma el normal de 15 mg y siente alivio ahí mismo. Yo me tomo lo mismo, y eso no me hace absolutamente nada. Tengo que recurrir a calmantes de hasta 400 mg, cada 12 horas (cuando el normal es una vez al día) porque es la única forma de que se me alivie el dolor. Eso sin meter las compresas de agua fría, las de calor, y los parches de lidocaína.
Pensando hoy las razones de esto, me acordé que de pequeña me daban relajantes para que mis pulmones se "relajaran" y yo pudiese respirar mejor... ¿De verdad una niña de 7, 9, 11 años debía estar tomando relajantes musculares?
Gracias a Dios no soy adicta a ninguna droga... por aquello de que con mi condición, no necesito más drogas de las que ya debo tomar (prescritas); pero no creo que haya sido una gran idea esa alternativa de tratamiento.
Ahora, en los maravillosos años 2000, hay hasta pastillas de acción prolongada cuyos efectos se centran directo en los pulmones, para mantenerlos relajados y tranquilos. Esas pastillas apenas las conocí hace 6 años cuando me fui a vivir a Londres y me la mandaron durante 9 meses, el tiempo que iba a estar allá; lo que efectivamente hizo que el invierno (a -2 grados, en las noches) no me afectara.
Por eso es que la gente decide viajar a EEUU a hacerse tratamientos, y nuevas alternativas, y estudios que están en proceso... porque de verdad que aquí, en el sur, estamos muy atrasados.
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