"Comer Casquillo" se le llama en mi país el hecho de que te dejas
influerciar por lo que te dicen otras personas sobre otras personas: cuando te hablan de alguien y te ponen en contra, sea por sus acciones o por cómo piensa.
Gracias a Dios nunca he sido ese tipo de personas. Siempre espero a que
pase algo que me confirme si lo que me han dicho es cierto, o que me confirme que
es invento de la persona que me lo dijo, o solo la perspectiva (errónea) de esa persona.
Pero eso si: si llego a confirmar que lo que me han dicho es verdad, o lo que
me dicen viene de buena fuente, sacaré de mi vida a esa persona... o por lo menos andaré con pies de plomo (otro dicho venezolano).
Siempre ha sido así... incluso de pequeña.
Si eres amigo mío y vienen a hablarme de ti, no te defenderé a capa y
espada, pero no voy a permitir que eso me afecte; tomaré en cuenta lo que me dicen y lo almacenaré hasta la
oportunidad requerida.
Recientemente eso me pasó con alguien, cuando todos me
hablaban mal y me comentaban las cosas que hacía. No la defendía, pero no
permitía que eso interfiriera en mi amistad con ella... simplemente escuchaba lo que me decían, y ya.
Hasta que llegó el momento en que ella me hizo lo mismo a mí.
En mi conciencia queda, que a pesar de lo que me decían, nunca dejé que eso me
influenciara y nunca dejé que eso empañara nuestra amistad. Solo hasta que
me vi atacada personalmente, fue que confirmé eso que decían.
Y prefiero que sea así; porque a diferencia de ella, yo si fui buena
amiga y yo si fui incondicional; muy distinto de ella, que se deja influenciar por lo que
le dicen otras personas, algo de lo que estoy más que segura.
Los hechos dicen mas que mil palabras.
Otro caso muy trascendental, y con el que demuestro que efectivamente no soy de las que se deja influenciar, fue el caso de mi relación con mi padre... aunque eso es lo que su familia dice que pasó.
Su familia cree que yo no quería tener ningún tipo de relación con mi padre por cosas que me decía mi mamá en contra de él; porque ella "me metió ideas en la cabeza" en contra de él... pero como ellos nunca tuvieron relación conmigo, ellos no podían saber que siempre he sido muy madura y que siempre he tenido las cosas claras en mi vida.
Si ellos supieran que mi mamá, de hecho, lo defendía y le ponía excusas cuando él me dejaba plantada los domingos que debía verme... hasta cierto punto, claro. Si ellos supieran que mis tíos, los hermanos de mi mamá, me obligaban a hablar con él por teléfono cuando me llamaba, porque yo no quería.
Y ellos dicen que es que me metieron ideas en la cabeza. Jaja...
No puedes declarar que todos son santos, ni rendirle pleitesía a las personas.
Pero tampoco puedes dejar que un simple comentario de alguien, por más que lo respetes
o que simpre escuches su opinión; te deje influenciar y te haga cambiar
tu forma de pensar en cuanto a alguien.
Que vengan a decirte cualquier cosita sobre otra persona y que ya, de
un día para otro, cambies de opinión y saques de tu vida a una persona, es demasiado infantil. No estamos en el colegio.
O que si alguien te hizo algo, y quedó mal contigo, venga y te diga tres
palabritas bonitas y ya hagas como que no ha pasado nada... Todo es relativo, y dependerá de la gravedad de
lo que te hicieron.
Tampoco te puede gustar algo simplemente porque a otro le gusta. Puedes tomar
en consideración su opinion, sí, y puedes dar una oportunidad a lo que
sea que te recomienden, siempre y cuando no sea en contra de tus ideales y
principios (o en contra de tu salud); pero al punto de que de inmediato digas que te
gusta algo, sólo por el hecho de que a otro amigo, (o a un artista), ¿le
gusta?
No. Por favor. Que estamos grandecitos...
Creo que lo que quiero decir es que tengamos un poquito de personalidad propia, tener ideas propias y discernimiento propio para
saber qué está bien y qué está mal... o quién es realmente nuestro amigo y quién no.
PD: Esto también aplica a aquellas personas que cambian por completo su personalidad y adoptan gestos, expresiones, manerismos y mañas, solo porque vivan con ellas. Puedes agarrar expresiones y frases; vamos que todos lo hacemos... ¿pero hasta la forma de mover la cara la vas a copiar? En serio: ¿tu no tienes personalidad?
jueves, 17 de diciembre de 2015
jueves, 3 de diciembre de 2015
Asmática en un país del Tercer Mundo
Nunca me ha gustado el término "tercermundista", ni mucho menos cuando dicen "países del Tercer Mundo"... pero lamentablemente es una realidad que me rodea a diario, y que recientemente vine a analizar.
Solo ahora a mis 33 años me doy cuenta de lo atrasado que estamos en cuanto a ... todo, en realidad. Pero para aquellos que sufrimos enfermedades crónicas, somos los que más sufrimos, y lo peor: sin darnos cuenta.
Hasta los 13 años fue que vine a saber qué era un nebulizador... y más o menos a los 16 fue que vine a ver las bombitas/nebulizadores que todo asmático debe tener a la mano. Antes de eso, lo único que me mandaban en mis tratamientos eran relajantes musculares, además de los antibióticos que prevenían una bronquitis, los antialérgicos que mejoraban la situación y los jarabes de la tos.
Ahora, de grande, y que lamentablemente tengo otra condición con la que tengo que lidiar, me doy cuenta del daño que tantos años de relajantes musculares le hicieron a mi organismo... Con una condromalacia en la rodilla izquierda (en cristiano: desgaste) durante los episodios de dolor, resulta que no todos los calmantes me ayudan... y créanme: los conozco todos.
Los normales que todo el mundo toma, de 10 mg o de 15 mg, me entero que de verdad le sirven a la gente... como por ejemplo mi mamá que se toma el normal de 15 mg y siente alivio ahí mismo. Yo me tomo lo mismo, y eso no me hace absolutamente nada. Tengo que recurrir a calmantes de hasta 400 mg, cada 12 horas (cuando el normal es una vez al día) porque es la única forma de que se me alivie el dolor. Eso sin meter las compresas de agua fría, las de calor, y los parches de lidocaína.
Pensando hoy las razones de esto, me acordé que de pequeña me daban relajantes para que mis pulmones se "relajaran" y yo pudiese respirar mejor... ¿De verdad una niña de 7, 9, 11 años debía estar tomando relajantes musculares?
Gracias a Dios no soy adicta a ninguna droga... por aquello de que con mi condición, no necesito más drogas de las que ya debo tomar (prescritas); pero no creo que haya sido una gran idea esa alternativa de tratamiento.
Ahora, en los maravillosos años 2000, hay hasta pastillas de acción prolongada cuyos efectos se centran directo en los pulmones, para mantenerlos relajados y tranquilos. Esas pastillas apenas las conocí hace 6 años cuando me fui a vivir a Londres y me la mandaron durante 9 meses, el tiempo que iba a estar allá; lo que efectivamente hizo que el invierno (a -2 grados, en las noches) no me afectara.
Por eso es que la gente decide viajar a EEUU a hacerse tratamientos, y nuevas alternativas, y estudios que están en proceso... porque de verdad que aquí, en el sur, estamos muy atrasados.
Solo ahora a mis 33 años me doy cuenta de lo atrasado que estamos en cuanto a ... todo, en realidad. Pero para aquellos que sufrimos enfermedades crónicas, somos los que más sufrimos, y lo peor: sin darnos cuenta.
Hasta los 13 años fue que vine a saber qué era un nebulizador... y más o menos a los 16 fue que vine a ver las bombitas/nebulizadores que todo asmático debe tener a la mano. Antes de eso, lo único que me mandaban en mis tratamientos eran relajantes musculares, además de los antibióticos que prevenían una bronquitis, los antialérgicos que mejoraban la situación y los jarabes de la tos.
Ahora, de grande, y que lamentablemente tengo otra condición con la que tengo que lidiar, me doy cuenta del daño que tantos años de relajantes musculares le hicieron a mi organismo... Con una condromalacia en la rodilla izquierda (en cristiano: desgaste) durante los episodios de dolor, resulta que no todos los calmantes me ayudan... y créanme: los conozco todos.
Los normales que todo el mundo toma, de 10 mg o de 15 mg, me entero que de verdad le sirven a la gente... como por ejemplo mi mamá que se toma el normal de 15 mg y siente alivio ahí mismo. Yo me tomo lo mismo, y eso no me hace absolutamente nada. Tengo que recurrir a calmantes de hasta 400 mg, cada 12 horas (cuando el normal es una vez al día) porque es la única forma de que se me alivie el dolor. Eso sin meter las compresas de agua fría, las de calor, y los parches de lidocaína.
Pensando hoy las razones de esto, me acordé que de pequeña me daban relajantes para que mis pulmones se "relajaran" y yo pudiese respirar mejor... ¿De verdad una niña de 7, 9, 11 años debía estar tomando relajantes musculares?
Gracias a Dios no soy adicta a ninguna droga... por aquello de que con mi condición, no necesito más drogas de las que ya debo tomar (prescritas); pero no creo que haya sido una gran idea esa alternativa de tratamiento.
Ahora, en los maravillosos años 2000, hay hasta pastillas de acción prolongada cuyos efectos se centran directo en los pulmones, para mantenerlos relajados y tranquilos. Esas pastillas apenas las conocí hace 6 años cuando me fui a vivir a Londres y me la mandaron durante 9 meses, el tiempo que iba a estar allá; lo que efectivamente hizo que el invierno (a -2 grados, en las noches) no me afectara.
Por eso es que la gente decide viajar a EEUU a hacerse tratamientos, y nuevas alternativas, y estudios que están en proceso... porque de verdad que aquí, en el sur, estamos muy atrasados.
miércoles, 2 de diciembre de 2015
Murphy es mi segundo apellido...
En serio, de verdad que uno intenta llevar la vida de lo más positivamente que puede... ¡En serio!
Pero es .......... difícil mantener esa actitud cuando sales tarde de tu casa, y tienes que comprar un material del cual pediste a los constructores las especificaciones necesarias...
Te montas en el taxi con destino a la ferretería, ¿y qué pasa? Que el conductor escogió la ruta más larga e innecesaria para poder llegar. Porque eso sí te tienen los taxistas, que se creen que agarran los caminos verdes para llevarte en el menor tiempo posible, y tardas el doble en llegar.
Pero está bien... Hasta ahora iba tranquila, a pesar de que no aprobaba la ruta escogida. Cuando llegamos a la avenida principal donde está la tienda, en vez de cruzar a la izquierda, el conductor cruzó a la derecha; lo que resultó en tener que dar la vuelta completa al final de la avenida (en un redoma) para poder regresarnos, por lo que me dejó al otro lado de la avenida y no en frente de la tienda.
Pero no importa... Llegué al sitio. Vamos a comprar.
Entro y me dirijo donde el vendedor.
- "¿Tiene lana cero, un rollo?"
- "¿Grande o pequeño?"
- "No sé... déjeme llamar, pero mientras deme 3 breakers de 20."
- "¿De una fase o de dos?"
- NO SEEEEEEEEE...
No sé porque no soy electricista; no sé porque no soy constructora... Por algo estudié periodismo, y por ALGO pedí todas las especificaciones necesarias para saber lo que voy a comprar a los tipos.
Llamo a casa, y obviamente mi madre está encadenada en el teléfono y tuve que esperar 10 mins en la tienda, para poder saber si eran breakers fase 1, o lana cero grande...
En esos minutos de espera, ya bastante molesta, miro por la ventana y pasaban autobuses cada minuto... Literalmente, y me dije "Seguro que cuando salga no habrá ninguno."
Por fin me devuelve la llamada mi madre, y tengo que escuchar todo el proceso de ella caminar hasta el patio y preguntarle al chamo qué es lo que voy a comprar. Después de 20 minutos de espera, hago la compra de la Lana Cero, grande; pero no de los breakers porque no había fase 1.
Me dirijo a caja... Se supone que aquí ya estamos en la recta final del proceso. Vamos a pagar...
Pues no.
No vas a pagar nada Keyla porque el punto está lento, así que fueron 5 minutos más de espera para que pasara la tarjeta.
Cuando salgo de la tienda ya con mi bolsa a pararme en la avenida y esperar un bus... ¿Qué pasó? Dicho y hecho, lo que ya saben: no pasaba ni un solo bus.
Quizás escrito no parezca tan alarmante, ni para hacer drama, ni para molestarme de la forma en que lo hice... Pero cuando eso es tu día a día, cuando son esas pequeñas cosas que se te ponen en el camino para probar tu paciencia; sí es irritante, atorrante y FASTIDIOSO, sobre todo por que pasa SIEMPRE, todas las veces que salgo a comprar algo.
No, no estoy exagerando... Este es mi día a día.
No sabes cuánto te odio, Murphy... Tu y tu bendita ley.
Pero es .......... difícil mantener esa actitud cuando sales tarde de tu casa, y tienes que comprar un material del cual pediste a los constructores las especificaciones necesarias...
Te montas en el taxi con destino a la ferretería, ¿y qué pasa? Que el conductor escogió la ruta más larga e innecesaria para poder llegar. Porque eso sí te tienen los taxistas, que se creen que agarran los caminos verdes para llevarte en el menor tiempo posible, y tardas el doble en llegar.
Pero está bien... Hasta ahora iba tranquila, a pesar de que no aprobaba la ruta escogida. Cuando llegamos a la avenida principal donde está la tienda, en vez de cruzar a la izquierda, el conductor cruzó a la derecha; lo que resultó en tener que dar la vuelta completa al final de la avenida (en un redoma) para poder regresarnos, por lo que me dejó al otro lado de la avenida y no en frente de la tienda.
Pero no importa... Llegué al sitio. Vamos a comprar.
Entro y me dirijo donde el vendedor.
- "¿Tiene lana cero, un rollo?"
- "¿Grande o pequeño?"
- "No sé... déjeme llamar, pero mientras deme 3 breakers de 20."
- "¿De una fase o de dos?"
- NO SEEEEEEEEE...
No sé porque no soy electricista; no sé porque no soy constructora... Por algo estudié periodismo, y por ALGO pedí todas las especificaciones necesarias para saber lo que voy a comprar a los tipos.
Llamo a casa, y obviamente mi madre está encadenada en el teléfono y tuve que esperar 10 mins en la tienda, para poder saber si eran breakers fase 1, o lana cero grande...
En esos minutos de espera, ya bastante molesta, miro por la ventana y pasaban autobuses cada minuto... Literalmente, y me dije "Seguro que cuando salga no habrá ninguno."
Por fin me devuelve la llamada mi madre, y tengo que escuchar todo el proceso de ella caminar hasta el patio y preguntarle al chamo qué es lo que voy a comprar. Después de 20 minutos de espera, hago la compra de la Lana Cero, grande; pero no de los breakers porque no había fase 1.
Me dirijo a caja... Se supone que aquí ya estamos en la recta final del proceso. Vamos a pagar...
Pues no.
No vas a pagar nada Keyla porque el punto está lento, así que fueron 5 minutos más de espera para que pasara la tarjeta.
Cuando salgo de la tienda ya con mi bolsa a pararme en la avenida y esperar un bus... ¿Qué pasó? Dicho y hecho, lo que ya saben: no pasaba ni un solo bus.
Quizás escrito no parezca tan alarmante, ni para hacer drama, ni para molestarme de la forma en que lo hice... Pero cuando eso es tu día a día, cuando son esas pequeñas cosas que se te ponen en el camino para probar tu paciencia; sí es irritante, atorrante y FASTIDIOSO, sobre todo por que pasa SIEMPRE, todas las veces que salgo a comprar algo.
No, no estoy exagerando... Este es mi día a día.
No sabes cuánto te odio, Murphy... Tu y tu bendita ley.
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