Llegaste a nuestras
vidas por casualidad, y nos dejas con un gran vacío. Mi Dalmita Bonita; mi
perra noble; mi perra de la mirada profunda. Tu cama está vacía, y tu collar y
tu placa guardados. ¿Qué le voy a decir a los vecinos cuando me pregunten dónde
estás? Espero que estés en el cielo con Poeta, porque una perra tan noble como
tu merece el paraíso y mas.
Esa es mi Dalmita Bonita, mi perra noble.
La trajeron de una finca porque se comía la cagarreta de los caballos, con la intención de que cuidara la casa y fuera el perro guardián...Yo nunca había tenido un perro grande, y me enamoré de mi dálmata amarilla. Y después ella poco a poco se enamoró de mí y sabía que yo la quería.
Mi perra noble me hablaba con la mirada. No parecía dálmata, por su tranquilidad y su nobleza, y sobretodo su paciencia. Nunca atacó a ningún perro, ni a Gringo que siempre buscó morderla; creo que ella nunca supo que era una perra grande. Lola la fastidiaba para jugar, y ella solo le ponía la pata encima diciéndole "niña, compórtate".
Viniste a darnos amor y ternura.
Extraño cuando llegaba a la casa y empezabas a bailar de la alegría... y cuando me pedías entrar a la casa cuando llovía, o me rezongabas cuando te mandaba al rincón. O cuando me sonreías...
Lamento que hayas muerto en el lugar que tanto te daba miedo, pero estuve contigo hasta el último momento, hasta tu último aliento.
Solo Dios da y quita la vida, y espero que me perdone si no fue la mejor decisión. Pero el sabe que lo hice para que no sufrieras, mi Dalma. Verte mover tu cola a pesar de lo mal que te sentías, me demuestra tu nobleza, y que no hay mayor amor y lealtad que la de un perro.
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