domingo, 16 de junio de 2013

Día del Padre

De vez en cuando, sólo de vez en cuando; me entristece despertar un Día del Padre y ver todos los mensajes de hijas e hijos en Facebook felicitando a sus padres que sí fueron cariñosos, amorosos y estuvieron con ellos durante toda su vida.

Esos padres que los ayudaron a estudiar, o les pagaron la carrera, o les pagaron el alquiler de la habitación, o incluso le regalaron un carro. Los llamaron cuando se enfermaron, estuvieron con ellos durante operaciones, hospitalizaciones, brazos rotos, piernas enyesadas, extracción de muelas… todas esas oportunidades que seguramente sus hijos dan por sentado; pero que para aquellos que NO lo tuvimos, significa el amor de un padre convertido en hechos.

Y lo digo con certeza porque el mío en lugar de acompañarme, o aunque sea llamarme en las muchas oportunidades que me hospitalizaron por mis crisis de asma; irónicamente ÉL era el causante de esas crisis (mi asma es 90% de las veces emocional). Nunca recibí UNA llamada, una tarjeta, un regalo; ALGO que le demostrara a una niña de 13 años que sí, que su papá estaba pendiente de ella, que su papá la quería, aunque no fuera a verla.

Muchas de mis "amigas" siempre me han comentado, o he sentido de ellas, esa "vibra" cuando te dicen "pero es que tu lo tuviste TODO"…

Créanme, cambiaría mil veces ese "tener todo" (material) por tener TODO de un padre a quien sí valiera la pena decirle: "Feliz Día del Padre, papá".

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